Cuando mi abuelo, Dr. Hildebrando A. Castellón fue desterrado por el gobierno del pelele del Coronel José D. Estrada, se vio obligado a asilarse en El Salvador, a continuación el relato de la parte pertinente de su autobiografía y a continuación lo que salió publicado en el Diario LATINO el lunes 12 de enero de 1914, como otra muestra de su patriotismo y antiimperialismo. (Las mayúsculas son mías). He colocado abajo la foto y texto que apareciera en La Prensa de Nicaragua el 1o. de Noviembre de 1976 fecha del centenario del nacimiento del Dr. Hildebrando A. Castellón.
"En Agosto de 1910, tan luego la revolución se acercó a Granada, formé parte de la comisión del armisticio que nombró el Coronel José D. Estrada, encargado del Gobierno al retirarse Madriz, para tratar de los preliminares de paz y desempeñé mi cometido, leal a las instrucciones y a mi condición de liberal. Días después, cuando entró la Revolución a Managua, fui encarcelado y el 13 de Febrero de 1911 con motivo del incendio del polvorín del Campo de Marte, se me aprisionó nuevamente y fui ubicado en la Penitenciaría, donde estuve engrillado e incomunicado hasta que se me ofreció la salida si optaba por el destierro.
El motivo de estas medidas nunca lo supe y en lo relativo al polvorín parece ser que los mismos conservadores disidentes fueron los ejecutores.
A principios de Mayo de 1911, mientras yo me embarcaba en Corinto con rumbo a El Salvador, los generales Juan Estrada, Presidente y José Maria Moncada, Ministro de la Gobernación, eran depuestos y enviados al puerto para continuar su viaje hasta los Estados Unidos (...).
Mi permanencia en El Salvador, donde luego estuve reunido con mi Familia, pudo haber sido fructífera y provechosa si las angustias del emigrado no me hubiesen cobijado, pero tuve que compartir mis actividades entre necesidades profesionales y patrióticas. En mi casa encontraron alivio todos los compatriotas que reclamaron protección, aun los falsos correligionarios, y mis hijos recibían instrucción en los Principales centros educativos. Con el doctor Gustavo Guzmán y otros compatriotas fuí fundador de la “Liga Patriótica Centroamericana”, cuyo Comité Central de San Salvador agitó la opinión publica de Centro América y llevó ante el Gobierno y pueblo de los Estados Unidos el clamor y la protesta de estos pueblos, con motive de la ocupación de Nicaragua. Durante mi permanencia en San Salvador publique dos folletos políticos que reflejaban el pensar y el sentir de los liberales en exilio: el uno se llamó “Pro-Patria” y el otro “Liberales frente al Gobierno de Díaz”.

LA REUNIÓN PATRIÓTICA DE AYER
Diario Latino, lunes 12 de enero de 1914.

En esta capital, se celebró el domingo 11 de los corrientes una reunión de centroamericanos residentes, a iniciativa de los señores doctor Gustavo Guzmán,DOCTOR HILDEBRANDO CASTELLÓN, D. Juan Leets y don J. Trinidad Torres, para tratar de resolver la mejor manera de prepararse a la defensa contra la anexión. A las cuatro de la tarde el salón del Hotel Granada, preparado al efecto, estaba repleto de patriotas, y una multitud del pueblo invadía los corredores contiguos y salas anexas. A esa hora abrió el acto el doctor Guzmán y se procedió por la Secretaría a la lectura de los documentos más importantes que ilustrarían la opinión de los concurrentes acerca del punto en cuestión.
La mayor parte de estos documentos son recortes de periódicos americanos que demuestran la inminencia del peligro y ponen de relieve la necesidad urgente e imprescindible de proceder sin pérdida de tiempo a oponer el dique del patriotismo bien entendido contra la onda avasalladora del imperialismo yanqui.
Después el DR. CASTELLÓN leyó una exposición, fiel exponente de su amor patrio nunca desmentido.
Siguiole en el uso de la palabra el doctor Guzmán, sobre los medios que le parecen más a propósito para el logro de nuestras aspiraciones.
Se dio lectura también a nuevos y no menos importantes documentos de la prensa centroamericana.
Se procedió enseguida a la elección de una junta directiva que será la oficina central de los trabajos que se emprenderán y tendrá su asiento en esta capital, debiendo ocuparse en primer término del establecimiento de sucursales en las demás repúblicas de Centro América.
Dicha Directiva quedó organizada en la forma siguiente: presidente, Dr. Carlos F. Dárdano; Vicepresidente, Dr. Gustavo Guzmán; 1er Secretario DR HILDEBRANDO CASTELLÓN, 2o. Secretario Dr. Fernando Albergue; Tesorero don Carlos D'Abuisson; Vocales, doctor Francisco E. Toledo, don Juan Leets, don Dionisio Merlos, don Enrique Cañas, don Segundo González S., don Joaquín Sánchez.
Resuelto que el primer movimiento en favor de la defensa Nacional, y el más eficaz, debía hacerse por la propia prensa americana, cuyo poder en las resoluciones del Gobierno de aquella nación y en las decisiones del pueblo es innegable y de gran consideración, se hizo un llamamiento a los presentes para que depositaron su óbolo y dar principio así a los trabajos. Entonces era de verse como hasta los más humildes y los más pobres salvadoreños vaciaron sus bolsillos y prometieron hacer todo sacrificio en el trabajo para que la propaganda de la causa no decaiga por falta de recursos. La suscripción quedó abierta, y hoy en la mañana muchos ciudadanos andaban en busca del Tesorero para aumentar con sus haberes el caudal de la Defensa Patria.
Se concedió la representación del doctor don Policarpo Bonilla residente en Estados Unidos.
En el curso de la reunión, hicieron uso de la palabra, ilustrando el punto con sano criterio y bien entendido patriotismo, entre otros, el doctor con Francisco Toledo, el doctor Albergue, el señor Leets, el joven Daniel Barberena, Br. Miguel Coto Bonilla y el ciudadano venezolano Vicente Betancourt.
La junta directiva tomó posesión y hoy empezará sus trabajos.
Dado el patriotismo que late en todos los corazones y el espíritu de justicia que anima al gran pueblo americano, podemos pensar sin temor de que se nos juzgue utopistas, que el éxito de nuestros anhelos será completo.
La Justicia está con nosotros, el Derecho nos ampara. Pero hay que hacerse oír, hay que dar señales de vida y la protesta se impone.