miércoles, 29 de junio de 2016

Dr. Juan Bautista Sacasa 1932 por Dr. Hildebrando A. Castellón








 Dr. Hildebrando A. Castellón 
Ministro de Instrucción Pública 
1940

Juan Bautista Sacasa 
Presidente de Nicaragua 
1932-1936


Juan  Bautista Sacasa
1932


Copiado de un manuscrito del Doctor Hildebrando A. Castellón

Cuando se trató de la sucesión presidencial, el hombre que primero salió a la palestra fue el Dr. Juan B. Sacasa, el mismo que Salió electo vicepresidente cuando la elección de Don Carlos Solórzano   en Noviembre de 1926 apareció en Puerto Cabezas asumiendo la Presidencia de la República cuando ya el Gobierno de Estados Unidos había reconocido a Don Adolfo Díaz como Presidente legítimo. 

El Dr. Sacasa siendo vicepresidente titular se negó  concurrir a las conferencias del Denver verificadas en aguas nicaragüenses en Octubre de 1926, se negó igualmente a desembarcar en la Costa Atlántica  en tiempo oportuno, se negaba, a pesar de las instancias de los amigos, a embarcarse en Puerto Barrios para ir a tierra de Nicaragua a asumir su cargo, se negó a seguir al Ejército Constitucionalista a través del suampo, se negó a pactar Con Stimpson y muchas otras cosas a que le convidaban el honor y el interés de la causa, pero aceptó en Puerto Cabezas la custodia americana.

El 23 de diciembre de 1926 cuando los americanos desembarcaron en Puerto Cabezas para desamar a Sacasa, este se desmayó y después de entregar la plaza y las armas aceptó la protección de los marinos quedando en calidad de prisionero voluntario.

El 14 de enero de 27, el Dr. Sacasa considerando que tenía en los brazos un niño muerto resolvió testar la presidencia al pedagogo conservador progresista don Salvador Calderón Ramírez por iniciativa de un grupo de políticos salvadoreños, pero el jefe del ejército constitucionalista consultado contestó: Esa trasmisión a Calderón no es constitucional pero si usted no se considera capaz de continuar la lucha ruégole hacérmelo saber para tomar con el ejército las medidas que convengan al partido liberal.

El 4 de mayo en Tipitapa ni el Dr. Sacasa ni sus delegados quisieron asumir ninguna responsabilidad  fue preciso que el General Moncada y los Jefes que le acompañaban tomaran sobre sus espaldas el fardo de las responsabilidades; pero Sacasa y la gente menuda de parásitos aduladores que le seguía, lanzaron improperios e insultos contra Moncada utilizando  la palabra traidor.

Sacasa aceptó dinero de México , según confesó Arguello en la conferencia del Denver, de Guatemala, de El Salvador y armas que transportó en el Concón por el pacífico y el Carmelita por el Atlántico; y algunos de sus colegas firmaron bonos, antes, durante y después de las operaciones de guerra de 26 y 27 con el propósito de que fueran pagados por el pueblo nicaragüense; Sacasa firmó compromisos con México y con Guatemala y después se retiró al Aventino sin que el pueblo nicaragüense que perdió vidas, 10 millones de dólares y sufrió muchas humillaciones, finiquitara sus cuentas.  Cuando trémulo fue empujado a Puerto Barrios, desvalijó primero a algunos de sus correligionarios fingiendo pobreza y es cosa averiguada que hizo en el B.de G. 37,600.  

El Dr. Sacasa que hoy se da por un ferviente liberal y quiere mantener al partido no figuraba en los rangos (del partido) en 1912 cuando se jugaba la suerte colectiva, y los destinos de la Patria.  Hasta 1916 fue empleado de la administración conservadora y salió del retraimiento y de la neutralidad , cuando las masas liberales unificados postulaban a Julián Irías como candidato a la Presidencia.

Eran estos los tiempos en que se empezaban a olvidar los procedimientos del D. Federico Sacasa, que mandó cerrar la cañería del agua y abrir la correspondencia del Ministro americano Mr. Coodlige para congraciase con el presidente Zelaya.

Como consecuencia de la campaña presidencial de 1920, la llamada Coalición envió dos representantes a Washington uno por indicación del Partido Liberal y otro por parte de los progresistas. Se disponía el Partido Liberal por medio de su Directiva a nominar al Dr. Sacasa como Delegado cuando una asamblea de Liberales de Managua como de 100 personas encabezadas por el Gral. Tomás A. Vargas presidente del Consejo Departamental y por Joaquín Navas Sacasa, se pronunció en contra por ser nuevo en el partido y no inspirar suficiente confianza. 

En esa ocasión fue el Dr. Castellón quien libró a Sacasa de la afrenta.  Le valió a éste que hablaba inglés. Ser persona educada y de buenos modales para que se le enviara por fin ante el Departamento d Estado, pero es un hecho demostrado que se apartó en su misión de los puntos de vista liberales y fracasó.

El año de 24 en el desbarajuste liberal era  por miedo de caer en manos mercantiles o viciosas se pensó en el Dr. Sacasa como candidato, como término de Transición y se dijo por algunos interesados que era deseado en el Departamento de Estado Americano.  

Ante la Convención reunida en León, envió Sacasa  una protesta por  haber suscrito la transacción y aceptó luego la vicepresidencia sin escrúpulo alguno.

El Dr. Sacasa en Puerto Cabezas arrastrado por el Ministro de Relaciones fulminó rayos contra la política yanqui y dejó documentos imborrables que no lograron nada y probaron su poco tacto  su incapacidad política y diplomática.   

Después del fracaso, el doctor Sacasa fue ovacionado en Costa Rica y otras partes y permitió que le llamaran Héroe y Prócer.  Llego en momento de...la de Stimson.

Conste que el Dr. Sacasa es un excelente caballero y de buen trato distinguida educación y además un apreciable profesional; pero acaso el Dr. Sacasa Roberto su padre, no tenía las mismas cualidades y fue derrocado de la presidencia después de dejar el Erario Público en bancarrota y al país en anarquía.  Aceptó de Moncada la legación en Washington después de haberlo vilipendiado y no queriendo aceptar la mano de Coodlige….. se vio en el caso de estrechar la de Stimson.

No hablemos de su ideología liberal ni de su capacidad administrativa y política, pues el ideal para  el Gobierno moderno  no se acomoda con tener a un hombre que se inspira en el Secretario, en a camarilla, en el regionalismo ó en la mujer más próxima.
Si al estilo del as mujeres debemos dar preferencia, al corazón sobre los dictados de la cabeza, si nos inspira lastima por sus pasados fracasos y queremos indemnizarle con poner en sus manos los caros intereses de la patria, si nos procura simpatía la dulzura y suavidad de su carácter y no podemos apartar su sonrisa sugestiva, entonces, cerremos los ojos y lanzamos al país  al abismo.    

Agosto de 1932.








No hay comentarios:

Publicar un comentario