sábado, 11 de junio de 2016

PRO PATRIA (NICARAGUA VENDIDA)

         

MIENTRAS TANTO EL PUEBLO DE NICARAGUA
              ENCORVADO Y ANEMICO , SUDA SU MISERIA;
               Y CUANDO EL HAMBRE LE ACOSA ROE SUS
                           PROPIAS UÑAS
    


                                     HILDEBRANDO A. CASTELLON.










            H. A. CASTELLON



PRO PATRIA



                   (NICARAGUA   VENDIDA)




                             Cuando la administración pública de un pueblo cae en manos asesinas é impuras y se aclimata la tolerancia, la pendiente del crimen nos conduce rápidamente á los abismos insondables donde naufraga la honra cubriéndose de eternos baldones. 
               Lavrenoff.


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                              Cuando un pueblo fuerte da de comer á otro, se hace servir de él.  El pueblo que quiere ser libre, sea libre en sus negocios.

                José Martí.

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                               El patriotismo es la virtud más noble del ciudadano.- (De "El Centroamericano")

               A. H. Rivas.

              (Diputado, Senador y Ministro -1860-1891)

               
                          1912

                                              

               Imprenta Meléndez: San Salvador.
                     DOS PALABRAS EXPLICATIVAS



   No escribo estas páginas por el mero deseo de atacar al partido conservador, hoy dueño de los destinos de mi patria, ni por venir á la defensa del liberalismo, su rival desafortunado.  Por encima de los intereses de partido, sobre todos los egoísmos regionales ó personales, debemos colocar los intereses nacionales en todas sus formas, las necesidades patrióticas en toda su amplitud para asegurar su existencia como nación, esperando de la irrenunciable ley evolutiva y del tiempo, la realización de nuestros mejores ideales.  Y no se llega á ese fin sino por el camino de la verdad.

   Analizar las causas, señalar los estrechos senderos y los factores principales que han conducido á la infeliz Nicaragua á su más absoluta descomposición política á su ruina económica y á la perdida de su autonomía ha sido nuestra mente, seguros por otra parte, de que no hemos de ser gratos á los hombres de los diversos partidos que inmolan la verdad y la justicia ante sus intereses
personales ó de circulo, desquiciando de ese modo el criterio nacional y destruyendo las bases de toda moralidad.

   Se ha dicho que los pueblos latinos no estaban aún preparados para un régimen democrático y un verdadero gobierno republicano; pero lo cierto es que existe en ellos invívito el sentimiento y la necesidad de la libertad por la cual luchan furiosamente, cansados de vivir con la maniota que imponen los verdugos y el aro constrictor de las dictaduras. 

   Tiempo es ya de que se comprenda que estos pueblos calumniados de hispano-américa, no tienen la culpa de las revueltas y trastornos convulsivos con que á diario se escandaliza al mundo civilizado, sino que la responsabilidad de esas luchas corresponde á los conductores de pueblos, á los gobiernos de fuerza, que se apoderan de sus destinos, los unos por las bayonetas, los otros por el fraude y la mayoría por la usurpación, implantando feroces tiranías. 

   Si en algo he podido contribuir al proceso histórico que hoy se inicia sobre los trascendentales sucesos de una sección del istmo centroamericano, si hubiese dicho la verdad, poco importará lo que de mi piensen  ó digan los políticos de encrucijada, los hombres timoratos ó aquellos desgraciados que todo lo juzgan á través de sus propias pasiones. 


   Libre de prejuicios, honradamente, sin apasionamientos parciales, fuerte en mis principios y convencido de que el más afortunado de los hombres no vale lo que una noble idea, he echado á un lado los afectos, he arrancado la máscara á los hipócritas y á los traidores, he rasgado el sayal á los ladrones y asesinos y he puesto el hierro candente sobre la espalda de los traficantes sin nombre y las meretrices de nuevo cuño que todo lo sacrifican por un poco de incienso y un plato de lentejas. 

   Dedico este pequeño trabajo á los estudiantes y artesanos de mi querida Nicaragua, representación genuina de la conciencia viva del pensamiento altivo de aquella República.

   San Salvador, marzo 10 de 1912.

                              H. A. CASTELLON.   






































                                  I

                         Se debe dar indistintamente el nombre de tiranía á toda especie de Gobierno en el cual el encargado de ejecutar las leyes, puede hacerlas, destruírlas, violarlas, interpretarlas, suspenderlas ó simplemente eludirlas con impunidad asegurada.

                         Que el violador de las leyes sea hereditario ó electivo, usurpador ó legítimo, bueno ó malo, uno ó varios; cualquiera en fin que tenga una fuerza efectiva capaz de dar este poder, es un TIRANO; toda sociedad que lo admite, vive bajo la tiranía; todo pueblo que lo sufre es esclavo.

                                     Alfieri.


   Todos los pueblos latino-americanos conocen ya los sucesos políticos que en la República de Nicaragua dieron por tierra con la dictadura personal del General J. Santos Zelaya y la entronización en el gobierno de aquel país del partido conservador, árbitro absoluto y de hecho de los destinos del pueblo nicaragüense hoy maniatado y escarnecido por los hombres, que en mala hora asaltaron el poder entregando, en cambio de su complicidad, la soberanía nacional, la libertad y las riquezas, á los agentes financieros de Norte América; reservando para sus gobernados la opresión más inicua y la expoliación más bochornosa que pueda verse en país alguno.

   El sistema unipersonal del gobierno establecido por el general Zelaya, -en el cual su voluntad reemplazaba casi siempre la voluntad popular y su opinión valía tanto como la opinión del partido liberal, que pasivamente le sufría, -había concluido por desorganizar los cimientos morales de la democracia, perturbando las bases de la verdadera república.

   Las libertades públicas, como la de imprenta y de reunión, habían sido paulatinamente estranguladas y sustituidas por la prensa mercenaria y corruptora, y las asociaciones de amigos más ó menos incondicionales.

   Había dispuesto de las rentas públicas estableciendo monopolios en favor de particulares organizados en sociedades anónimas, y de los cuales era Zelaya con algunos extranjeros y conservadores, principales accionistas. 

   Había otorgado á sus socios y amigos concesiones ruinosas para la nación, que éstos vendían luego á casas extranjeras con pingüe utilidad;  y había también, con lujo derrochador, vendido inmensa parte de los terrenos nacionales, ya en las zonas mineras, ya en las de siembra de bananos, ya en las montañas con maderas preciosas, á compañías extranjeras que como la de Emery, de Weimberger, Piazza, Lehman, Bellanger...............han hecho derramar tantas lágrimas y han costado tanta sangre al pueblo nicaragüense. 

   En los últimos años del Gobierno de Zelaya, se habían convertido las aduanas en prebenda de sus socios y familiares, con quienes compartía la utilidad en todos los negocios de comercio; y como no bastasen las rentas ordinarias del país á satisfacer su codicia, se ingenió en el empeño de llevar á cabo dos empréstitos: uno americano por valor nominal de $1.000,000 de dólares y otro inglés por 1.250.000 libras esterlinas, de los cuales el pueblo nicaragüense no tuvo conocimiento sinó por una que otra protesta en la Asamblea y por el eco escandaloso de las negociaciones y juegos de bolsa que con que Joaquín Pasos, yerno de Zelaya, y sus nuevos amigos del "Conservatismo logrero de Granada", se repletaban los bolsillos de dinero que el rebaño debía pagar en muchos años.

   Mientras de ese modo se empeoraba la situación económica, las medidas de represión para los descontentos ó simples desafectos no escaseaban, asi fuesen liberales ó conservadores, porque es preciso decirlo bien claro, en sus últimos tiempos, él no consideraba amigos sino á los que incondicionalmente, de uno ú otro partido, le apoyaban y aplaudían.

   El derecho común y la ley, fueron así reemplazados por el capricho ó la buena voluntad del General J. Santos Zelaya, dispensador de vida, honra y hacienda en la República de Nicaragua.
   A los destinos públicos y puestos de mayor responsabilidad no ascendían los ciudadanos por sus merecimientos ó aptitudes, sino por el mayor grado de afecto del dictador; y los que saben que la Hacienda Publica, particularmente en el último período, estuvo siempre en manos de conservadores clericales que se enriquecieron durante su corta actuación política, no se sorprenderán de mi aserto.

   Así regularizado se encontraba el país por la comprensión en relativa calma, disfrutando de la paz varsoviana cuando estalló en Bluefields, después de varias tentativas en el interior, el grito de rebelión del 10 de octubre, en que Juan Estrada, desleal primero á su amo, y traidor al partido liberal después, desempeñó su papel de primer fantoche de la Revolución.


*  *
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  La falta de garantía personal para los ciudadanos, el ningún respeto para la propiedad y el trabajo de los asociados, la supresión de las libertades públicas (imprenta, reunión, locomoción), el robo sistematizado de los caudales de la nación, y la desvergüenza y el cinismo con que se hostilizaba ó se perseguía á todo hombre que de alguna manera volvía por los fueros de la moral pública y los derechos conculcados, hicieron que el país entero respondiera con alegría en lo íntimo de la conciencia, á la rebelión armada que desde Bluefields amenazaba de muerte al Rosas nicaragüense.

   Aquella revolución no era la obra de los conservadores, ni de los liberales, bandos políticos opuestos en que está dividida la familia nicaragüense: era la obra misma de Zelaya, de sus desaciertos, de su ambición mediocre, de su codicia insaciable, y de la inconsecuencia é ingratitud con sus antiguos correligionarios.

   El partido liberal, de cuyas filas había surgido Zelaya, por defecto de organización y de educación cívica, se fraccionó en mala hora para servir en seguida, por lenta evolución, de eficaz instrumento al desarrollo de la tiranía.  Puede decirse respecto a los liberales con Zelaya, lo que se dirá más tarde de los conservadores con los yanquis:  que ellos mismos forjaron sus propias cadenas. 

   Los conservadores adversaban á Zelaya por sistema, por consigna, por las persecuciones á muchos jefes, algunos de los cuales, justo es decirlo, no quisieron humillársele, ni domesticarse por el palo, ni el halago, resistiendo heroicamente á las prisiones, las confiscaciones ó las ofertas de dinero con que supo corromper la conciencia de la mayoría de los hombres del conservatismo. 

   Y entre esa general antipatía por parte de los nativos, vino á tomar su lugar preferente la de muchos extranjeros, particularmente de los americanos que habitaban la Costa-Atlántica, entre quienes los monopolios y demás medidas administrativas del Gobierno de Zelaya ocasionaban graves perjuicios á sus intereses. 

   Fué con esos tres elementos, coronados por la veleidosa ambición de Juan Estrada, que estalló el movimiento libertador del 10 de octubre de 1909.

   Los nicaragüenses conocieron en su época la proclama, ó programa revolucionario, lanzado á los cuatro vientos por Juan Estrada, Jefe de la Revolución; conocieron también la que el propio Emiliano Chamorro, hasta entonces jefe secundario entre los mismos conservadores, publicara como jefe revolucionario del partido y segundo ó tercer jefe de la revolución blufileña; y en ninguno de esos documentos se habló de establecer un gobierno reñido con los principios de la civilización moderna, ni de un gobierno de venganzas y represalias, de persecuciones y atropellos que tuviera por norte la ruina y el deshonor de la nación y por medios eficaces en el interior el asesinato el robo y el embrutecimiento; en el exterior, los carteles inmundos de impúdica venta confiada, para burla y escarnio de Centro-América, á una pareja de dementes, atolondrados, perversos y desmoralizados capaces de las peores villanías.

   Los conservadores que se adhirieron al movimiento de Bluefields, muy al contrario de lo que hoy practican, ofrecieron á los pueblos de Nicaragua libertad en sus más amplias manifestaciones y como símbolo de unión y concordia, prometieron el olvido de los disentimientos y luchas pasadas que trocarían en abrazo fraternal; libertad para el trabajo y las industrias, supresión de los monopolios y concesiones ruinosas para el estado, honradez y pureza en la administración de los caudales públicos, prácticas republicanas con la igualdad civil por norma, agregando á todo eso, como término, restablecer para garantía de todos, la carta fundamental del 93 con la libertad de conciencia, la enseñanza laica y todas las conquistas del derecho moderno allí consignadas.
  
   Alrededor de Estrada, se vió desde un principio á un pequeño núcleo de liberales y á otro de conservadores en su apoyo, lo mismo que á varios capitalistas norteamericanos que pusieron su dinero en aquella empresa arriesgada, pero que guardaban para su seguridad el pabellón de las barras y las estrellas que les protegía como la túnica de Neso.  Y tras los dólares de Norte América, vinieron los soldados de fortuna, los aventureros de todo color y de toda latitud, de esos hombres que por un puñado de oro sirven las buenas como las malas causas, jugando la vida en los combates. 

   Y de Bluefields al Rama y al Río San Juan, resonó el clarín de guerra, con escasos elementos al principio que luego se aumentaron con hombres y pertrechos á medida que la Revolución desarrollaba su plan.  Pero el Dios de las victorias no siempre está con la justicia, y Zelaya que reclutaba por la fuerza sus soldados, vió triunfar sus armas sucesivamente, sobre las de la Revolución, donde peleaban hombres voluntarios, muchos ellos llenos de encono y de odio personal por antecedentes políticos. 

Desalojada del río que conduce del interior al puerto de San Juan del Norte, la Revolución se vió rechazada á su sitio de origen, entre la ciudad del Rama y Bluefields, donde las embarcaciones a vapor y sus rápidos medios de comunicación protegían las huestes rebeldes.

   Los elementos de la Naturaleza servían de amparo al grito de libertad y reivindicación nacional lanzado días atrás; pero en la mano de Zelaya giraban todas las fuerzas nacionales y aquel hombre avezado en el manejo de sus huestes, fuerte con el prestigio de su nombre, lleno de astucia y acostumbrado a vencer con golpes de energía, había decretado ya la muerte de la Revolución como un hábil jugador de ajedrez que cuenta sus jugadas para dar el jaque mate.

   Mientras se desarrollaba aquella lucha homérica de los que en pleno mar se defienden contra la ola monstruo de la tiranía, los agentes revolucionarios interesaban la opinión pública americana, y el Departamento de Estado, harto prevenido ya contra el dictador nicaragüense, esperaba una ocasión favorable para descargar con el big stick, un solemne golpe que le hiciese rodar por tierra.

   La captura con las armas en la mano de dos filibusteros (Cannon y Grocee), y la fusilación de éstos por orden de Zelaya, vino a dar al Secretario de Estado norteamericano Knox, la oportunidad de fulminar contra el dictador la célebre nota que le hizo temblar de espanto desmintiendo así la fama de hombre sereno y diestro en los momentos de peligro, que la corte de aduladores supo escamotear a varios hombres del liberalismo para investir con ella a su ídolo todopoderoso. 

   Y con la nota del mes de noviembre, Zelaya se desmoralizó, difundiendo el pánico en sus pocos amigos, hasta cundir en el ejército, y llevar a su mente la idea de depositar la Presidencia, esa cara presidencia con quien él se sentía desposado, y a la que miraba y acariciaba como cosa propia, de la cual sólo la muerta era capaz de separarle....!

   Y vinieron los momentos de congoja, de aflicción y de desfallecimiento.

   Y al mismo tiempo que dejaba abandonado en el suampo a un numeroso ejército, donde se hablaba con seguridad de "la caída de Zelaya"; ejército que estaba medio desnudo, hambriento y diezmado por las enfermedades y la inclemencias del terreno, él, en su cueva del Campo de Marte, irresoluto, medroso, vacilante, no sabía a quien dejar la Presidencia, porque al textarla como cosa propia, quería conciliar en un mismo hombre la capacidad de sofocar la revolución y la voluntad de dar garantía a los numerosos y cuantiosos intereses que había creado con auxilio del poder irrestricto de que disfrutó por largos años.

   Aquel miedo cerval, que poco a poco, se convirtió para el dictador en delirio de persecución dió por resultado lógico, ineludible, en distinto teatro de acción por una parte, el aniquilamiento y captura del ejército abandonado en el suampo (21 de diciembre de 1909) y por otra el depósito de la Presidencia , ese mismo día en el Dr. José Madriz, antiguo adversario político, autor de varios folletos lapidarios contra el Gobierno de Zelaya y convertido nuevamente en amigo del dictador desde en 1907, época en que fue enviado de Ministro Plenipotenciario a Washington para firmar las famosas Convenciones y luego a la Corte de Cartago, como Magistrado de aquel Tribunal.

  Con el depósito de la Presidencia hecho por Zelaya en Madriz, parecía que el pueblo nicaragüense respiraba aires de nueva vida, que se quitaba del pecho una inmensa piedra que le oprimía.

   El entusiasmo desbordante que manifestaron las masas populares con la llegada de Madriz al poder de la nación fue debido, en realidad, más al desprestigio y desafecto en que había caído el General Zelaya, que a la confianza ó capacidad política que inspirara el nuevo mandatario, cuyas dotes intelectuales eran sin embargo, conocidas de todos. 

   El problema político en presencia del cual se encontró el Dr. Madriz, aunque difícil y escabroso, parecía a pesar de todo inferior a su talento; pero Zelaya en su diabólica perspicacia y soplado aún por su tremenda vanidad, luego que se escapó de Managua, ocultamente y por caminos extraviados, rodeado de bayonetas y temiendo hasta de su propia sombra, exclamó según testigos presenciales que el Dr. Madriz no tardaría en el poder ni un par de meses......!

   Y la previsión de Zelaya se cumplió, no en un par de meses, sino en ocho, de cruentos sacrificios y estériles esfuerzos.....!

   Madriz, hombre de vasta ilustración, de gran corazón y de excelsa inteligencia no comprendió, sin embargo, el imbroglio en que le metía Zelaya.

   En política, y sobre todo donde las corrientes de la opinión son formadas al calor de pasiones desenfrenadas, triunfa más á menudo el carácter que el talento, y ahí donde se ha visto escollar inteligencias sutiles, tejedores finísimos de la madeja administrativa, hombres de menor vuelo, pero en poder de una voluntad tesonera, han mirado serenos hacia el puerto, conduciendo con arrojo su nave triunfal é infundiendo en los marinos el entusiasmo y la fe sugestiva del que no retrocede.

  
La revolución de Bluefields, tomaba ya otro carácter, degeneraba en guerra regional, atizaba los odios locales y lanzaba, en consorcio con las americanos, el reto de Oriente contra Occidente. 
  
Y Zelaya, que aspiró largo tiempo á ser el fiel de esa balanza de odios y prevenciones, imponiendo la hegemonía local de Managua, reía, mefistofélicamente en los ratos en que la codicia y el amor á sus riquezas daban compuerta á su orgullo de político.

   Con el depósito de la Presidencia en el Dr. Madriz, comprendía Zelaya que la guerra se avivaría, pues los elementos occidentales una vez armados y bien equipados, siendo además tan numerosos, no querrían nunca deponer las armas y se repetirían los episodios de exterminio del 54, con que forzosamente se haría desear, en el mar de calamidades, por unos y otros; pero la cordura patriótica ó el miedo de los liberales de Occidente hicieron naufragar esas esperanzas. 

   De manera que Madriz al recoger aquel legado, se vió envuelto
en las responsabilidades contraídas por el legatario como suele prescribirlo la ley común.

   Contemporizar por razón de herencia testamentaria con los interese políticos y económicos del dictador, con intereses regionales que obedecían á viejos compromisos contraídos en la fracasada rebelión del 96, cuando se alzó en armas contra Zelaya, y con los nuevos que el apoyo material le imponía, lo mismo que con los numeroso elementos del liberalismo independiente, antizelayista y revolucionario, fueron cosas imposibles de realizar, frente á frente con la Revolución, patrocinada abiertamente por el extranjero, sin tener un alma templada en el crisol de los grandes caracteres y una voluntad inquebrantable de llegar al fin deseado.

   Madriz que había estado ausente de Nicaragua por espacio de l4 años, casi extraño al medio ambiente en que debía desplegar su firmeza y rectitud su inteligencia, buscó sus mentores, sus consejeros, sus guías, en elementos arcaicos, carcomidos por el desprestigio, sin más alcance político, ni horizonte, que aquel que pudiese acarrear beneficios personales, ó bien en gentes extrañas al país, sin entronques ni conexiones que pudiesen acreditar su legitimidad, y que fueron pronto causa de desconfianza y señal precursora de inmediatos desastres.

   Harto se ha dicho y de ello no quieren convencerse los menos malos de nuestros hombres políticos, que los pueblos no deben gobernarse á impulsos del corazón y á través del prisma de las pasiones, sinó con la fría y descarnada razón que establece el criterio de la justicia, y que las naciones ya no sufren largo tiempo los gobiernos donde no hay más que hermosas promesas y elocuentes discursos.

   El Gobierno del Dr. Madriz, lleno de los ofrecimientos más halagüeños para el pueblo de Nicaragua, se vió en breve oscilar y seguir bamboleante el embate de las olas desencadenadas.......

   Fué para Nicaragua un cruel presentimiento el que se apoderó de su alma en crisis, cuando vino tras la férrea mano de Zelaya, la de aquel hombre fino, pulcro, amanerado, á quien ofuscaba á veces la timidez; pero que aparecía ante el público vacilante, medroso, apocado, incapaz de establecer la confianza y la disciplina en sus filas y más aún de imponer respeto á sus contrarios.

   Y con numerosos recursos en sus manos, contando en su ejército hombres decididos y voluntarios, fueron sus movimientos tan lentos, sus decisiones tan tardías, sus contemporizaciones tan desgraciadas, que la opinión pública le abandonó y rindió luego la espada á un adversario cinco veces menor, sin haber hecho un solo gesto grandioso que en el fatal derrumbamiento, hubiese realzado su silueta política, acreditando su talento administrativo.  
                                     
   Y durante ocho meses se encenagó el Dr. Madriz, luchando vanamente por darle vida á aquel Gobierno cuyo atavismo morboso le tenía condenado á una muerte violenta y prematura.

   Por todo el tiempo que duró la primer etapa de las operaciones militares emprendidas contra la Revolución se creyó Madriz tan fuertemente apoyado por la opinión pública, con un ejército relativamente tan numeroso y voluntario, y con tantos recursos económicos, como que el país entero estaba á su disposición, que no quiso oír la voz perdida de algunos amigos que le dijeron: " Dr Madriz arréglese con la Revolución, trance á toda costa, que un mal arreglo en estas circunstancias será mejor que un triunfo sangriento."

Y Madriz, continuó imperturbable la guerra de exterminio, á usanza de Zelaya, sin haber tenido nunca el propósito firme y decidido de establecer la paz de Nicaragua por un medio que no le diera el domino absoluto é incondicional del gobierno interior de la nación.

 Y ese medio eficaz, que hace prevalecer los intereses fenecidos de una dictadura, los interese personales ó regionales y el espíritu de banderilla, no se obtiene por transacciones pacíficas, en que se da cuerpo al derecho y se erije en árbitro la ley, sino á sangre y fuego, por el predominio de la fuerza bruta.

   El Dr. Madriz, que bien sabía que la Revolución se había levantado con sobrada justicia, puesto que él mismo había instruido en nombre del pueblo , el proceso de la dictadura, tuvo al momento de reanudar la lucha armada, después de la batalla del Recreo y á raíz de su exaltación al gobierno, estas desconsoladoras palabras:  "Si los revolucionarios no aceptan las condiciones que LES PROPONGA, los aplastaré, porque tengo fuerza para ello." Y salieron de su boca  y de su pluma estas infantiles propuestas:  Reconocimiento por parte de la Revolución de su propio Gobierno (sucesión testamentaria de Zelaya); y pago por su parte á la Revolución de 200.000 dollars para saldar los compromisos contraídos !!  Vinieron luego como corolarios: la abstención en los próximos comicios electorales de su candidatura presidencial (la de Madriz), reconocimiento de grados militares, y elecciones libres, presididas por el Gobierno del Dr Madriz.

   Cuando un año más tarde el pueblo nicaragüense supó á su costa, que la ración del Erario público que se adjudicó cada jefe conservador debía ser más de doscientos mil dollars cada una, habrá comprendido seguramente que la Revolución debía forzosamente oponer á aquella demanda la más rotunda negativa.  Y así  fué.  Cuando el Gobierno Revolucionario contestó á Madriz que ambos se despojaran del Poder y que convinieran en una elección libre garantizada por otro Gobierno, Madriz respondió que él era legítimo (sucesor de Zelaya) y que el patriotismo, se oponía á admitir un poder extraño como intermediario en nuestras luchas intestinas.  Y la paz por la diplomacia fracasó y fue el Dr. Madriz hasta las puertas de Bluefields con su ejército victorioso para volver derrotado, cariacontecido, humillado ante el gesto yanqui y ante la audacia de los rebeldes que en movimiento común decidieron concluir con la sucesión testamentaria de Zelaya como dió á entender el Secretario Knox en su nota del mes de julio de 1910.

    Rendido, agotado, desmoralizado, fatigado por la opinión pública que como marea montante le perseguía, calumniado por la ferocidad de sus enemigos, decepcionado por la oculta ambición con
que sus mejores amigos minaban su prestigio, aquel hombre sin malicia, cándido, idealista cuyo carácter no había sido forjado en el yunque de las luchas implacables, como se estila en los pueblos semi-bárbaros, se vió agobiado por el peso de aquel gobierno enfermo, casi con un cadáver en los brazos y en un gesto de pavor, arrojó la presidencia, la testó como había hecho Zelaya, en favor de un pobre hombre, débil de carácter, oscuro de nombre como de inteligencia, que no tenía más mérito, que ser el hermano del que venía como jefe nominal de la Revolución de Bluefields.

   Y esa caricatura del Gobierno que presidiera el diputado suplente José Dolores Estrada, hechura política y deudo por afinidad de Zelaya, vino á consumar la entrega incondicional del poder y la más bochornosa traición al partido liberal, víctima inocente de la incapacidad de aquellos jefes que le adjudicó el destino!!

  
Fué con la valiosa cooperación del General Aurelio Estrada, hermano también de Juan y á quien Zelaya hizo militar, caudillo local, aspirante a la presidencia &&, que el gobierno testamentario de Madriz, en poder de José Dolores Estrada, entrego maniatado un ejército liberal cinco veces mayor que el revolucionario, teniendo además en su poder todas las plazas fuertes de la República con sus reductos y fortalezas y cuantiosos elementos de guerra.

   Más la Revolución que salió de Bluefields compuesta de elementos liberales y conservadores, llegó á Managua acaparada por el partido conservador cuya táctica artera consistió en eliminar á todos los sospechosos de liberalismo (por cualquier medio), reservando sólo á la cabeza del gobierno á Juan Estrada que, más que liberal era en el gobierno un verdadero prisionero, mil veces
menos respetado y considerado que lo fue el papa en Roma.

   Y es bajo estos auspicios que el partido conservador inauguró su administración al llegar á la capital.

   Una vez asegurados en el poder, negociadas y desarmadas todas las plazas fuertes con la eficaz ayuda de algunos ex-jefes y ex-liberales, los conservadores se sintieron dueños de Nicaragua y dieron principio á su administración con un gobierno provisional á la cabeza del cual dejaron al jefe del movimiento insurreccional, Juan J. Estrada, ex-Intendente de la Costa Atlántica, pero en realidad una pantalla tras la cual se iba á empezar el tiro al blanco sobre el indefenso pueblo nicaragüense.

   Los convenios firmados al entregar los cuarteles y licenciar las tropas liberales no estaban aún secos, que ya el astuto y falaz vencedor ponía en la cárcel y aherrojaba, en inmundas mazmorras á sus adversarios de la víspera, ó simplemente á los que no profesaban ideas conservadoras, aunque hubiesen sido de sus antiguos aliados, sin más motivo ni razón que saciar odios encubiertos y ejercer venganzas de partido.

   Y como si esto no fuese suficiente, los jefes conservadores atizaron la discordia y fomentaron la anarquía lanzando sobre los indefensos ciudadanos del partido caído á una turba de esbirros y á los residuos de las hordas que habían capitaneado, los cuales descontentos por la falta de pago de sus sueldos, que algunos jefes se apropiaban, y excitados por libaciones alcohólicas eran azuzados contra los que de un modo ú otro habían pregonado ideas ó sentimientos liberales.            

   Y hubo asesinatos, palos y pedradas, disparos de revólver, aún sobre indefensas y  débiles mujeres; atropellos sin cuento, cuya enumeración se registra en la prensa local de esa época aciaga.

   Y en la administración de los diversos servicios públicos se hizo guerra implacable á los mismos liberales, guerra á las escuelas en la persona de los maestros y discípulos, guerra á los tribunales de justicia en la persona de los abogados que servían la magistratura, guerra á los artesanos de los talleres nacionales porque en su mayoría eran liberales, guerra á los ministros diplomáticos y cónsules por liberales; ([1]) guerra á los periodistas liberales; guerra a todo lo que no significaba reacción intransigente y salvaje, así fuesen sacerdotes del culto católico, ó restos del otro conservatismo.

   Y para coronar aquella obra, para ese prólogo empezado con la trágica muerte del Dr. M. Coronel Matus, Magistrado suplente de la Corte de Cartago, tuviese un broche de oro, después de los encarcelamientos, atropellos y persecuciones, vino el destierro y salió la primer tanda, la primer falange de ciudadanos, cuyo principal crimen consistía en llamarse liberales y defender con dignidad las ideas de patriotismo, libertad y justicia.

   Esa primer lista de proscripción se hizo efectiva casi al día siguiente de haberse publicado una especie de ley constitutiva, que para befa y escarnio de la civilización llamaron Ley de garantías, y que en manos de los discípulos de Breno sirvió para cometer todas las violencias, vejámenes y torturas contra los ciudadanos, así como también para investirse de los poderes más omnímodos con que negociar el honor patrio, comprometiendo de paso la soberanía y el porvenir económico del país. 

   Durante los primeros meses de esa tragedia gubernativa se señalaron numerosos asesinatos y venganzas personales, cometidos impunemente por empleados públicos,([2]) y no pocos allanamientos, prisiones y despojos cometidos por  orden de autoridades superiores las que instruían especialmente a sus esbirros sobre el modo brutal y salvaje con que debían ejecutar los mandatos.

   Como si no bastasen todas estas manifestaciones aisladas, para atemorizar al pueblo, que de uno al otro confín del país rugía ya por los desmanes, depredaciones, fraudes y atropellos, amén de los proyectos de enajenar la soberanía nacional, el partido triunfante, que aunque dueño de las armas, no lo era de la opinión pública, resolvió hacer un escarmiento, dar una lección objetiva á las masas populares, sobre todo en el Occidente de la República, donde era más vehemente la protesta, y aprovechó para ello una manifestación colectiva que hacían los clubs liberales de León (13 de noviembre de 1910) ordenando á la fuerza pública que fusilase al pueblo en masa, al pueblo indefenso e inerme, y haciendo de ese modo una espantosa carnicería de que no hay ejemplo sino entre pueblos semi-salvajes.

   El país entero se conmovió ante aquel atentado sin nombre, y un grito de indignación salió de todos los pechos honrados, ([3]) pidiendo el castigo de los culpables, de los asesinos del pueblo leonés; pero lejos de aplicarse la ley penal, tuvieron antes bien las ejecutores de tan horrendo crimen, notas de felicitación y de estímulo de las autoridades superiores, que aplaudían el sangriento festín.  Y ese crimen fué una estrella más para la bandera de la Revolución de Octubre....!


                                *
                              *   *

Mientras las autoridades militares y de policía tocaban á degüello contra el inerme pueblo leonés, al que se acribillaba á balazos, se le perseguía á bayoneta calada y se le remataba á filo de puñal, los jefes de la Revolución se lanzaban al asalto de la Tesorería Nacional, en la que el gobierno del Dr. Madriz había dejado siete millones y pico de pesos de la emisión de 15.000,000 tirada en Norte América, meses atrás, y la dejaban más limpia que una patena.
   Los periódicos locales han contado por lo menudo el saqueo hecho á las arcas nacionales, y un periódico semi-Oficial, El Centinela, que redactaba el Ministro Moncada, refirió la manera paternal y solícita con que el Ministro Lacayo gratificó, primero, á cada uno de los jefes militares, y á los jefes civiles después, incluído el mismo señor Lacayo y todos sus parientes.

   Fué la Tesorería Nacional durante muchos días teatro de un verdadero festín, y una simple orden del Ministro bastaba para que se repartieran los millones de pesos que la caridad americana nos quiere ahora obligar á convertir en oro.

   Y aquella lista de nombres favorecidos fué en crescendo, desde los más grandes hasta los pequeños, brillando con resplandores diamantinos los de Chamorro, Mena, Lacayo, Cuadra, Benard, Guzmán, Vivas, Hurtado, Elizondo, Zavala, Correa, Montiel, & & &, algunos de los cuales tienen hoy más de medio millón de dólares cuando no tenían ni cien la víspera de la Revolución. ([4])


   Mientras tanto recordemos que algunas semanas después de haberse posesionado de la capital las fuerzas revolucionarias, procedieron sus jefes á la liquidación general del ejército, cuyos sueldos no habían sido pagados durante la campaña, a pesar de los empréstitos contraídos con casas americanas y de los subsidios que los partidarios del interior pretenden haber enviado al campo revolucionario, á fin de hacérselos reembolsar al 10 por 1, hoy que tienen en su poder las arcas nacionales.

   Una comisión liquidadora y pagadora, compuesta de unos señor Lacayo y de un coronel Barberena, fue instituida bajo el control del Ministro de la Guerra, que tenía ya por jefe al General Luis Mena y por Sub-Jefe al id José María Moncada, autor de las Memorias de la Revolución y redactor en jefe de "El Centinela".

   El público se escandalizó al saber que los recibos no se pagaban íntegros y que además se les castigaba en un tanto por ciento que podía llegar hasta el 75, según fuera la calidad del demandante.  De manera que al infeliz soldado á quien se le debía por ejemplo 100 pesos, se le entregaban 25 solamente, quedando los 75 restantes á beneficio del trust de liquidación, porque el fisco, ese sí, pagó íntegramente todos los recibos.  Diariamente sacaba de la Tesorería General, la Comisión, por orden ministerial, la suma de 50.000 para el pago de los pretendidos rezagos, y todo eso durante semanas sucesivas, reponiendo estas sumas con recibos y recibos. . .!

   Y esto que las tropas revolucionarias nunca llegaron á 1,200 hombres!!

   Así empezaban los conservadores la regeneración de Nicaragua!

   Esa negra expoliación hizo visible á todo el mundo que aquella gazapina de gobierno prometía mucho para la total bancarrota y ruina del país, sobre todo cuando por lo bajo se pronunciaba ya, el nombre de una dama, que en consorcio con un Ministro, hacía la explotación de la miseria  pública con un capital social de 100.000 pesos.

   Con esos antecedentes no se sorprenderá el lector de saber, que una simple orden ministerial autorizó un poco más tarde, el pago de 10,000 lámparas tubulares á $15.oo cada una, lámparas que nunca se vieron, ni existieron jamás en Nicaragua, como no fuese en el recibo del impúdico estafador de la Hacienda Publica.  Ese individuo se dijo representante del pueblo en una Asamblea y es actualmente hombre de pro en el Gobierno.

   Las aduanas de la República, antes de que fuesen entregadas al poder americano, vieron desfilar impunemente, sin pago de impuesto, de puro contrabando, inmensos cargamentos de mercaderías embarcadas por órdenes cablegráficas, en los puertos de Manchester, Hamburgo, Nueva York y el Havre.  Muchas de estas mercancías, llegaron en baúles, y pasaban directamente del muelle de corinto al ferrocarril con una simple orden del Ministerio de Hacienda.  En tiempos de don Manuel Lacayo, pasaron en una ocasión 200 baúles, de una sola vez, como se puede ver en los libros de la Compañía del Muelle de Corinto.  Todo comerciante conservador que entraba del extranjero, traía á la cola un cargamento de mercancías que introducía .......como equipaje! Y es por esta razón que don Francisco J. Medina, en sus luminosos artículos publicados en la prensa de Nicaragua, asegura que hay en ese país un stock de mercancías importadas para consumirse en seis años!

   Todo eso para señalar la franqueza con que operan los hombres del Gobierno, lo que en otras partes donde se habla castellano, llamarían desvergüenza y cinismo; pero hay también las escandalosas introducciones, que llegaron á la aduana con una marca ó etiqueta, siendo otro su contenido....Y de éstas fueron muchas.

   Los empleados de menor categoría, instruidos de tan edificantes ejemplos, tal como el Comandante en jefe del Palacio Nacional y algunos dependientes de la Tesorería General, procedieron también á tomar su lote en el festín, adjudicándose el primero una caja de billetes de $50.000, y los segundos una friolera de $75.000, pecaditos por los cuales era una injusticia castigarles, en atención a que sus jueces por derecho, se encontraban quizá en peores condiciones. . .
  
   El tan cacareado asunto de los sindicados y monopolios de la administración Zelaya, que ya Madriz había casi extirpado, fué para el partido conservador un tema de declamación sonoro y un capítulo de acusación para el Gobierno de los 17 años; pero tan luego cortó los hilos de la vieja red, que ya sus hombres aparecen con un sistema de acaparamiento y de privilegio tal, que la injusticia de las viejas prácticas ya no se ve tan odiosa é irritante en presencia de este nuevo sistema de privilegios personales, que hoy se implanta y que nos trae á la memoria la práctica feudal de bárbaras edades.

   A lo menos el sistema de sindicados abría la puerta al capital de todos los partidos, como en efecto sucedió, pues pronto fué acaparado por los conservadores.

   Ningún nicaragüense, como no sea persona grata al Gobierno y al círculo imperante, puede hoy en día, destilar aguardiente ó cultivar y beneficiar el tabaco sin encontrar mil trabas y obstáculos que solamente no existen para algunos privilegiados de la camarilla conservadora ([5]). El negocio de ganado, tanto para la venta en el interior como para la exportación, no tiene garantías y es imposible efectuarlo sin ser conservador timbrado.  El beneficio de la industria pecuaria y aun el de la cafetalera se exponen á mil eventos y peligros, desde que un liberal aventura su capital en ellos. 

   Y todo eso como, de qué modo? Pues sencillamente basta que un Ministro, jefe político ó agente de policía con instrucciones del Presidente ó por su propia cuenta, quiera perjudicar á un liberal (que siempre quiere) para que éste se vea de la noche á la mañana encarcelado, con sus operarios capturados y alistados en el ejército, y luego por añadidura, despojado de sus bestias y ganados "sin más trámite que la pronta ejecución" como acostumbraba decir un pontífice conservador (Fruto Chamorro) al dar las órdenes de fusilamiento.

   Se ve, pues, que el desgraciado pueblo nicaragüense al pasar del régimen de expoliación y de opresión en que lo tenía  Zelaya, al oprobioso é inícuo en que lo tienen hoy los conservadores, no ha hecho más que empeorar en sus dolencias, como le sucedería á un enfermo grave á quien le sobreviniera una complicación peligrosa.

   La libertad de industrias y de trabajo es hoy más que nunca un mito, una irrisión, porque fuera de algunos comerciantes del círculo dominante que tiene acaparadas también las industrias, como jabón, velas, zapatos & & nadie puede permitirse estos negocios sin ir a un fracaso, pues aquellos tienen el tornillo aduanero que usan a voluntad en perjuicio de los otros y del pueblo, la eterna víctima a quien se explota para satisfacer el voraz apetito de sus opresores. 

   Y sin embargo el gobierno revolucionario aceptó un tribunal de justicia extranjero, la Comisión Mixta,formada por dos americanos y un conservador nicaragüense, cuyos fallos y presupuesto surten sus efectos en Nicaragua (el presupuesto es de $24,000 dollars al año), todo eso, según dijeron, para liberarnos de monopolios y concesiones particulares, y dar libre vuelo al esfuerzo individual, ya en la industria, ya en otra forma de trabajo.

   Pero una vez más debían engañar al pobre pueblo de Nicaragua, y en lugar de la libertad industrial, la supresión de monopolios y la honradez administrativa ofrecidas, nos dan hoy privilegios personales, acaparamientos escandalosos, fraudes y robos descarados de los caudales públicos, agregando el oprobio para la soberanía nacional de implantar un tribunal extraño con poder sobre todo los demás de la nación. 

   En el examen general de la administración económica por parte de los conservadores ([6]) nos aparecen como pequeños lunares, pecados minúsculos, nubes de verano, el asalto y desbalijamiento de la Tesorería General, la supresión de los de monopolios, estilo  Zelaya, para su reaparecimiento en forma monipodios, estilo conservador; los robos vulgares por altos militares, de cajas de billetes, ó del producto de la liquidación de los soldados, las estafas públicas cometidas contra el tesoro por pago de especies que no fueron entregadas; los fraudes y contrabandos en las aduanas, los regalos y las reparticiones de los bienes nacionales, pues todo eso decimos nosotros es poca cosa peccata minuta, juego infantil, comparado con el gran arte, el de la alta escuela, la estafa colosal cometida contra la nación por medio de tres emisiones clandestinas de billetes, hechas por grandes figuras conservadoras para arruinar al pobre pueblo nicaragüense. 

   Si; tres emisiones clandestinas de más de $10.000.000 hechas por altos personajes de la política nicaragüense. La primera se debe a la sociedad Secret-Arellano la segunda a la id. Gordon-Mena-Sandino;  la tercera es semioficial.

   Preguntad al pueblo nicaragüense, quienes son los ladrones de su haber público y los causantes de su ruina; y os señalará con el dedo a sus propios mandatarios, es decir, a los que por fuerza se dan por tales.    
  
   Una simple remembranza  nos puede hacer comprender el proceso del desbarajuste económico de Nicaragua. 

   En los últimos días de la dictadura de don Santos Zelaya la cantidad de billetes en circulación era de diez millones y medio más un suplemento de dos millones y medio que tuvo que emitir para gastos de guerra y aliños de viaje, lo que arrojaba un total de trece millones.  El Dr. Madriz sucesor de Zelaya, hizo entrar á la Tesorería $15.000 en billetes tirados en Norte América que debían servir para el cambio de las viejas emisiones, ya en mal estado; pero las necesidades apremiantes de la guerra y otras que no es del caso analizar hicieron urgente el gasto de una parte, sin efectuar el cambio; quedando á su partida una existencia de más de 7.000.000.



   De manera que, sumando las emisiones de Zelaya con la circulante de Madriz, se obtiene un total de billetes de $21.000.000, sin contar como queda dicho la existencia de 7.000.000 que encontró la Revolución á su entrada á Managua.

   En 17 años de vida azarosa para el Gobierno de Nicaragua, durante la cual tuvo que sostener numerosas guerras interiores y exteriores, haciendo á un mismo tiempo trabajos de mejoramiento  como ferro-carriles, telégrafos, teléfonos, escuelas & &, adquirió una deuda flotante con su billete de 21.000.000, no habiendo alcanzado el cambio de la moneda en ningún momento más de 1000/100.
   Hoy en día tiene el Gobierno de Nicaragua 59,000.000 billetes en circulación, es decir, 38,000.000 de aumento sobre las emisiones de Zelaya--Madriz; gastos que responde á 17 meses de administración conservadora, como extra á los productos naturales de sus rentas:
aduanas, aguardiente, tabaco, destace, papel sellado & &, que sube á 34 millones, próximamente. 

   De manera que si tomamos en cuenta que la gestión pública de los conservadores no ha tenido guerra, ni perturbación semejante, que implique fuertes gastos, y comparamos los 17 años de Zelaya-Madriz, con los 17 meses conservadores, resulta una diferencia de 17 millones á favor del régimen de los 17 años (liberal); esto sin tomar en cuenta sus obras de progreso ejecutadas y las ninguna que
hasta aquí haya concluido el Conservatismo.

   Le lector querrá sin duda saber grosso modo, en que se invirtieron los treintiocho millones de pesos gastados en 17 meses.

   Pues fácil es satisfacerlo.

   La Prensa de Nicaragua nos ha informado en detalle que de esa suma, 33.000,000 han sido dilapidados, regalados ó repartidos entre algunas docenas de conservadores, de esos hombres que ayer tronaban y se indignaban por las rapiñas del General Zelaya y que se inflaban al hablar de honradez administrativa; pero que hoy meten la mano hasta el codo cuando se les permite. 

   He aquí una sección de ese reparto, tal como aparece en las listas publicadas con la aquiescencia del Ministro Gunther.






                      FAMILIA CHAMORRO


                          1910-1911


Chamorro Emiliano ...............................$    10,000.00
Chamorro Salvador ...............................    439,307.40
Chamorro Salvador y Ca. .........................  2.418,000.00
Chamorro Rosendo.................................     88,000.00
Chamorro Agustín.................................     12.800.00
Chamorro Pedro Joaquín...........................     40.250.00
Chamorro Pedro J. é hijos........................  2.939,679.60
Chamorro Julia Pasos v. de.......................    180,000.00
Chamorro Carlota ................................     10,000.00
Chamorro Dionisio................................    360,000.00
                                                  ______________                                       
                                  Total.............$ 6.498,837.00 
                       FAMILIA BENARD

                         1910-1911

Benard Adolfo.................................   $   335.506.00
Benard Martín .................................      788,960.00
Benard Josefina ................................      37,000.00
Benard Alberto ................................       59,563.80
Benard v. de Agustín...........................       24,000.00
                                                   --------------- 
                               Total s.e ú o... $ 1.245,038.95





                      VARIOS REDENTORES
                            1911

Ramón Ignacio Matus, clérigo.................... $     6,000.00
Arellano David..................................      36,000.00
Bonilla Manuel..................................      10,500.00
Briceño Napoleón................................      16,800.00
Burghein, C. A. cirujano .......................      38,000.00
Bolaños Frutos Ch...............................      32,000.00
Bolaños Ch. Agustín.............................      37,156.52
Cárdenas Alejandro..............................      12,000.00
Cruz Arsenio....................................      20.000.00
Cabezas José....................................      57,606.00 
Cárdenas Miguel.................................      36,120.00
Centeno Saturnino...............................      10,000.00
Cárdenas Justo..................................      15,000.00
Castro Ramón J..................................      10,000.00
Correa Luis...........464,982.52................      25,000.00
Alfaro Lola.....................................      18,000.00
Bendaña María de................................      48,000.00
Bendaña María V.de..............................       3,170.00
Bendaña María V.de..............................       2,628.00
Montiel Mercedes V. de..........................     156,390.00
Montiel V. de Pasos Juana.......................      12,000.00
Alvarez Humberto................................      60,000.00
Alvarado G. Francisco ..........................      20,400.00
Alvarez Vicente, coronel........................      10,000.00
Alvarez R. Vicenta (?)..........................      24,000.00
Alvarez (Fernando)..............................      19,200.00
                                                ------------------
                             Total.......      $     865,970.00

                   


HEROE PATENTADO
                        1910-1911

Barberena Camilo.............................. $     292,097.00


                        EXTRANJEROS

Palacio Enrique.................................$    139,600.00
Palacio Enrique & Ca............................      42.000.00
Salomón T. M....................................     109.889.65
                                                 ------------------
                             Total............. $    291.489.65



                         DAMAS ......PAGADAS

Zelaya Ignacia Lejarza V........................$     30,000.00
Zavala Pánfila V. de............................      15,000.00    Zavala Adela y Emilia..........................       96,000.00
Vega Ninfa V. de...............................       24.000.00
Vargas Mercedes de.............................       24,000.00
Guzmán Matilde.................................       36,000.00
Guzmán Bernabela V. de.........................       18,000.00
Guzmán Elvira..................................       18,000.00
Hekking Alaska. ...............................       24,000.00
Díaz María Luisa de............................       31.010.00
Calderón Josefa R..............................       12,091.00
Castrillo Angélica de..........................       30,000.00
Castillo Isabel................................       10,000.00
Elizondo Lola Rivas de.........................       48,000.00
Cárdenas Gertrudis de..........................       10.000.00
                                              -------------------
                              Total............$     426.101.00

                         




OTROS PERSONAJES


                            1910-1911

Benjamín Elizondo y Pablo Hurtado...............$    502,323.64
Benjamín Castrillo..............................      24.000.00
Cuadra Pasos Carlos.............................      12,800.00
Castrillo h. Salvador (Ministro en Wash.).......      24,600.00
Masis Asunción..................................      20,000.00
Medina J. Lisandro..............................      24,000.00
Masis Tomás.....................................      25,000.00
Saenz José Francisco............................      25,000.00
Thomás José Dionisio............................      43,134.00
Barrios, Manuel Joaquín..........................     72,000.00
Cantón Alejandro (Ministro).....................     132,120.00
Cárdenas Adán......(patriarca verde)............     155,000.00
Hurtado Pablo...................................     120,000.00
Lacayo Manuel...................................      12,000.00
Lacayo Inocente.................................      24,000.00
Pasos Manuel....................................      40,000.00
Rivas Francisca ..(Maestra de Escuela)..........      72.000.00
Rosales Leopoldo................................      15,000.00
Inocente Moreira................................      24,000.00
Ramírez Alberto C....(ExSub Secretario........        24,000.00
Solórzano Fernando (vice prete, ex Ministro)....     300,000.00                                            ----------------
                            Total...............$  1.691,277.64


                         EMINENCIAS                            
Luis Mena......................................$  10.000,000.00    José de la R. Sandino..........................       00.000.00
Adolfo Díaz....................................       00.000.00
Alcibíades Fuentes.............................       00.000.00


   Mientras los hombres del conservatismo hacían la digestión de los cuantiosos millones sustraídos al tesoro público, con burdos pretextos, ocurría que algunos de los jefes militares se disputaban la presidencia como presuntos herederos; y fue entonces que vino una serie de maquinaciones y de intrigas y la primer explosión del Campo Marte  donde se quemaron algunos elementos de guerra que allí se encontraban almacenados.  Esto sucedía precisamente por el mes de febrero de 1911; en que como cada vez que se descubrían tendencias subversivas en la fracción conservadora genuina (cacho), resultaron escarmentados los liberales, á modo del cuento famoso de Gil Blas de Santillana. 
   
   Y el 13 de febrero los principales hombres del liberalismo fueron aprisionados en sus casas, conducidos á inmundas bartolinas en medio de esbirros y luego llevados entre insultos y vociferaciones  á la Penitenciaría de Managua, donde fueron engrillados y aislados la mayor parte y encadenados los demás, con todos los refinamientos de crueldad y de barbarie que se refieren de los verdugos de la Inquisición.

   El régimen interior de ese centro, á donde hace tiempo no se conduce sino á gente honrada, es digno de una descripción por separado para que tenga el anatema de todas las conciencias civilizadas.  Basta decir que todo el personal es reclutado entre los más bajos seides y eficaces rufianes políticos, muchos de los cuales son empedernidos criminales, que se complace en molestar y martirizar á los prisioneros.

   Y cada vez que un escándalo se preparaba entre los disidentes conservadores, como sucedió en abril y más tarde en la voladura de la Loma,los pobres liberales llenaron por centenares la Penitenciaría, sacrificados como victimas propiciatorias.

   Todo hombre civilizado que no haya vivido en la tierra de los lagos, se sorprenderá seguramente de saber que ahí se puede tener á un ciudadano por largos meses, en celda aislada, encadenado, incomunicado, y luego puesto en libertad, sin que se le haya dicho nunca la causa de su prisión ni haya sido interrogado por ningún Juez del crimen!!   Y esto llaman los conservadores, garantías    individuales!!

                             *
                            *  *

   Pero la revolución de octubre, no solamente había contraído con el pueblo nicaragüense compromisos para derrocar la tiranía existente y destruir la mala situación económica, sino que se obligó á establecer la libertad en su más amplias manifestaciones, para que el ciudadano fuera dueño de su destino y el Gobierno significase la expresión de la voluntad popular.

     Así cuando el gobierno provisional convocó al pueblo á elecciones para elegir una Asamblea Constituyente, algunos creímos que volvían al sufragio sus fueros y que á la libertad, por tanto tiempo secuestrada, se ofrecían los horizontes de la nación; más con el decreto de la convocatoria vino luego una pseudo-ley electoral, especie de úkase, que reglamentaba de tal modo la calificación de los electores que solo los conservadores podían procurarse carta de ciudadanía aunque no tuviesen ninguna calidad legal, mientras los liberales eran excluidos á voluntad de un alcalde ad hoc, un Huete ([7]) cualquiera, quien á su vez delegaba la facultad de calificación en un esbirro de baja estofa que por lo regular debía tener asuntos pendientes con la justicia.  Así fue como, abogados, médicos, capitalistas conocidos y personas de altos merecimientos se vieron privadas de una carta de ciudadano que se extendía á ojo cerrado á cualquiera que se dijese conservador por más incapaz y criminal que fuese. 

   Con esos antecedentes y con algunas manifestaciones asesino-policíacas en las poblaciones, donde no podía juntarse una docena de conservadores, el partido liberal, a pesar de estar seguro de tener la mayoría de votos del pueblo, se abstuvo de concurrir á las urnas electorales, para no dar ocasión á nuevos y sangrientos ultrajes, lo mismo que para no sancionar ni tácitamente aquella farsa abominable resultado de la imposición.  De manera que aquella Asamblea, cuya lista habíase preparada en las altas regiones del poder, fué expresión de una ínfima minoría impuesta además por medio de las bayonetas.  Y esa constituyente de adeptos cachurecos y fanáticos, que fué disuelta más tarde por un golpe de Estado, es la que iba á dictar la ley fundamental de la nación!!  La segunda Constituyente hecha para servir los intereses del General Mena, Ministro de la Guerra y el hombre preponderante en el Gobierno, fué con diferencia de etiqueta y tendencias, calcada en el mismo molde, con la sola diferencia de que los nombres de los nuevos diputados fueron desenterrados del cieno de la más oscura ignorancia y no eran conocidos ni en sus propias aldeas. Y estos émulos de los zambos mosquitos de la Costa, son los autores de la Constitución vigente!!  (Ver la Constitución).

   Ya los pueblos de Nicaragua han tenido tiempo de apreciar la actuación política del partido conservador: ya saben lo que valen sus promesas mentirosas de honradez administrativa y de libertad republicana: ya han visto el desprecio con que tratan la enseñanza pública; han observado ya cómo mantiene el orden fomentando la anarquía: han palpado que procuran la paz social sembrando odios y divisiones lugareñas, encarcelando ó desterrando á los más eminentes ciudadanos, y que inculcan el civismo á las masas populares, manteniendo al país bajo odioso militarismo; han sentido en su propio organismo lo que vale la justicia parcial y corruptora; y se han ruborizado al ver su representación exterior confiada á oscuros mentecatos, algunos de ellos analfabetos, que ponen en ridícula y oprobiosa postura á la nación nicaragüense.  Si, todo Centro América conoce ya que en ese girón federal de la patria común, donde se colma, hoy día, de honores y preeminencias á los más vulgares asesinos y desvergonzados ladrones del tesoro público, se persigue al talento y al patriotismo que en estas horas crueles para Nicaragua, ofusca y ahoga al partido conservador.  Nicaragua siente que una ola de cieno han manchado su faz radiosa de otros tiempos, de aquellos en que los tonos de su pensamiento y el palpitar de su conciencia, tenían por intérpretes á Coronel Matus, Madriz, Darío, Argüello, Corea, Pérez Alonso, Espinosa R; Paniagua Prado y tantos otros que donde quiera fueron lustre y honor para Centro América.  Mas todavía; la vergüenza de verse vendida, humillada y escarnecida, la obliga á ocultar el rostro tras el velo de negro crespón porque es para ella, peor que la muerte misma, la entrega por sus propios hijos.  

   El partido conservador de Nicaragua ofrece á sus gobernados como aguinaldo de paz y lazos de fraternidad, destierro, prisión, cadenas, palo, lágrimas y sangre; ofrece saqueos, robos, despojos, confiscaciones en señal del respeto al bien ajeno; ignorancia supersticiosa, intolerancia religiosa, criba al pensamiento y molde á la conciencia como símbolo de su estado mental , y como signo de igualdad, el establecimiento de castas bajo un régimen  oligarca.

   Hé ahí nicaragüenses lo que debéis pensar y lo que debéis esperar de vuestros conquistadores.

   Poco antes de nombrar los diputados á la Constituyente, el Ministro de la Gobernación había ya arreglado las municipalidades, nombrando él, de su propia autoridad, en sustitución del pueblo (peor que Zelaya),los alcaldes y regidores que debían encargarse de las bajas obras gubernativas.  Ni en el país de los czares se ve hoy en día que las municipalidades sean creadas por orden ministerial; mas estaba dado a los regeneradores de Nicaragua hacer ese progreso político.

   Y para que nada faltara, también las cortes de justicia y los jueces fueron nombrados por el Poder Ejecutivo haciendo que todos los poderes, dependientes por rigor del gobierno central, marchasen uniformemente como una banda de música al compás de la batuta que la dirige.

   Era curioso por esos tiempos ver á cada instante á sujetos conservadores, acusar á periodistas liberales y llevarles ante el jurado de imprenta, que invariablemente formado de antemano por elementos conservadores, les condenaba por orden, conforme á la consigna que recibía; haciendo comprender al pueblo que clase de justicia se le ofrecía y cuál era la independencia de los poderes públicos garantizada por el conservatismo.

   Sin embargo de todo, hay algo superior y más perentorio para la vida de la nación nicaragüense, algo que atañe á su soberanía, a su independencia nacional, á su existencia misma como nación, algo que se ataca á las entrañas y  al corazón del pueblo porque trata de su vida económica, del pan de cada día, y ese algo es el funesto, proyecto de empréstito, obra de maldad, de perversión y de demencia.

   Los que adversamos á Zelaya por sus errores políticos y particularmente económicos, que le gritamos alto cuando comprometió los bienes nacionales ó acaparaba sus caudales; los que alzamos nuestra voz para combatir los dos empréstitos que llevó á cabo en los últimos años de su administración, bien tenemos el derecho de decir a los conservadores: vuestro empréstito americano es un crimen, el pueblo nicaragüense lo rechaza porque significa para el esclavitud económica, abdicación de su autonomía y afianzamiento en el poder absoluto de la nación de una oligarquía adinerada, rapaz é indigna; ese empréstito que toma por pretexto fomentar el progreso y mejorar la calidad de nuestra moneda circulante, tiene en realidad por objeto convertir á oro al mejor precio posible, el billete sustraído á las arcas nacionales por órdenes brutales ó cínicas manipulaciones; tiene por objeto asegurarse la protección eficaz de los americanos en la legitimación de sus granjerías y concusiones.  El empréstito americano significa, es verdad, la paz para Nicaragua, pero la paz de Varsovia, por el hierro y la sangre, la paz sin libertad, la paz fundada en la iniquidad y la injusticia, la paz que asegura el lucro y la expoliación de unos pocos sobre todo un pueblo que hoy está en harapos, hambriento y cerca de ese delirio convulsivo á que llegan los hombres á quienes se les disputa el pan y se les arrebata la libertad de gobernarse.

   Todo el mundo conoce ya las bases monstruosas de ese empréstito diligenciado por un hijo espurio de Centro América, un degenerado vende patria, fracasado por añadidura del foro y de la literatura; todos conocen como se ha entregado por treinta dineros que solo están prometidos, las Aduanas de la Nación y sus rentas públicas, con la facultad de legislar, á media docena de agentes de Wall Street, que vienen á nuestras playas á dictar sus órdenes con estampilla del departamento de Estado.

   Y esos convenios vergonzosos para la nación que los suscribió, que cubren de oprobio y de infamia a toda una raza capaz de tolerar semejantes bajezas y tan infamantes claudicaciones, son los que viene á asegurar con los últimos remaches, el Secretario Knox, patrón del Gobierno de Nicaragua.

   Baldón eterno para el Conservatismo y estigma para el ministro apóstata del patriotismo Centroamericano!!

   Y cuando los veinte millones de dollars sean entregados por el sindicado de Wall Street al Gobierno de Nicaragua para que esta pobre nación mediante un siglo de esclavitud y de afrenta se comprometa á su efectivo pago, serán pocos todavía para repartirlos entre los hombres de la camarilla gobernadora, los reclamantes americanos y algunos otros logreros de distintas nacionalidades, que de común acuerdo se concertan para realizar en la farsa macabra, su pingüe negociación.

   Mientras tanto el pueblo de Nicaragua, encorvado y anémico, suda su miseria; y cuando el hambre le acosa roe sus propias uñas!!

   Los partidarios del Régimen democrático que nos habíamos ilusionado con fomentar la inmigración de razas más civilizadas para obtener en la concurrencia y el choque de ambiciones y tendencias opuestas, el mejoramiento de las costumbres sociales y políticas así como el progreso material sometido á la ley de compensaciones y de equilibrio que ofrece la justicia, jamás pensamos vernos en el caso de protestar contra la conquista yanqui, que hoy se presenta con todo el equipaje de la violencia  y la maniota que garantiza la usurpación.  Con todas nuestras energías rechazamos la fuerza brutal como argumento de conquista, reconociendo solamente los fueros que da la justicia y el derecho en sus relaciones con cada país. 

   El derecho que se arroga hoy la hermana mayor para disponer
de nuestro haber y de nuestra vida, es el mismo que invocan los salteadores cuando en una emboscada apuntan con su carabina gritando la bolsa o la vida ó las dos cosas á la vez.



   Nosotros no tememos la civilización, no rehusamos el concurso y los medios de desarrollo moral y material que pueda aportarnos la nación americana; pero queremos tener á nuestro alcance los medios que nos ofrecen las otras naciones para escoger según nuestras conveniencias, nuestras necesidades, nuestras afinidades de raza, y no sentirnos obligados por la espada de la imposición; - queremos andar libremente el trayecto que nos señala la evolución mundial y no forzados por intereses ajenos a los nuestros, ó convertidos en mercancía por la mano sacrílega de hombres sin honor, sin conciencia y sin patriotismo; de esos que ponen a su patria en almoneda y se sienten todavía orgullosos, confiando en la historia para convertir en timbre de gloria su obra de traición de desvergüenza; queremos ser tratados en el intercambio de procedimientos internacionales, con las mismas preeminencias que los ciudadanos americanos ó europeos y no como viles colonos condenados á besar la bota de sus dominadores


                                         H. A. C.  







                   ++++++++++++++O++++++++++++++++++











                           Apéndice
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   El imperialismo americano representado por Mr. Taft y Mr. Knox, en su insaciable sed de conquista y su ambición desatentada, no cejan en el empeño de absorber estas pequeñas nacionalidades por todos los medios de que dispone la diplomacia del dollar.

   Cuando la paz les embaraza y les condena á la inacción, promueven los disturbios y fomentan la guerra; cuando la guerra despliega la bandera de los principios y las necesidades patrióticas, la diplomacia del dollar la estorba y la hace fracasar; ella sostiene las peores tiranías y mantiene el estado de zozobra é intranquilidad que desde hace muchos años existe en Centro-América, porque los gobiernos de estas satrapías ofrecen todo, inclusive lo que salvó en Pavía Francisco primero, á trueque del apoyo moral y material que les da el Departamento de Estado.

   Los gobiernos de imposición y de traición no contando con el apoyo de la opinión pública nacional, tienen que buscar fuera de la patria los medios de asegurar su existencia, por eso es que á los grandes crímenes de lesa-nación se llega por escalones en una especie de engranaje ineludible.

   Lo  Centroamericanos harán bien en meditar las sabias palabras del inmortal Washington, el padre de la democracia americana, cuando al abandonar el poder, dijo:  "Conciudadanos, creedme, los celos de un pueblo libre deben estar constantemente alerta contra las insidiosas estratagemas de la influencia extranjera, pues la historia y la experiencia han probado, que esta influencia es uno de los más terribles enemigos que tiene el gobierno republicano."







                              *
                           *     *  




























 El patriotismo centroamericano debe estar alerta.
  
   Knox y sus agentes han declarado que su ingerencia en los asuntos internos de Nicaragua y de otras secciones de Centro América, se debe á la urgente solicitud de sus gobiernos y no á propósito deliberado de conquista.

   No creais, centroamericanos, en las palabras de Knox, porque si es cierto que el gobierno actual de Nicaragua le ha implorado de rodillas su ayuda y protección, no es menos cierto, que el primer violador de las convenciones de Washington fué Knox, que protegió  y reconoció el gobierno revolucionario de Bluefields; Knox, que al llegar de visita á Nicaragua, donde el país entero (salvo algunas docenas de traidores) le execra por su política de intervención injusta y su empeño en hacer tragar el empréstito, cablegrafió a Washington que ese empréstito americano era deseado vivamente por el pueblo nicaragüense, no habiendo más que los restos del Zelayismo que lo adversaba!!

   No creais á Knox, porque habiendo dicho al presidente de Nicaragua:  "Si los gobiernos de estos países aspiran á ser estables, es necesario que la prudencia, la vigilancia, la paciencia y la lealtad, presidan los salones de la legislatura, en las Salas de Justicia y en los Consejos del Ejecutivo", presta su apoyo moral y material á ese mismo gobierno que ha sido y es la negación de la justicia, de la lealtad, de la prudencia, de la vigilancia, de la paciencia y de todo sentimiento noble.










    [1]  Rubén Darío, Santiago Arguello, F. Paniagua Prado y M. Pérez Alonso.
    [2]  Ver colección de "El Noticiero" y "Diario de Nicaragua".
    [3] El cuerpo consular dirigió enérgica protesta contra las autoridades pidiendo garantías, y el Dr. Ayón y don S. Cardenal, conservadores prominentes, reprobaron por la prensa aquel atentado.
    [4] Adelante publicaremos listas auténticas de los fondos repartidos en Tesorería á estos patriotas dorados.
    [5] Uno de los jefes conservadores pedía á un liberal que tenía su alambique y plantación de caña $20.000 por prestar su nombre sacando en el Ministerio la concesión correspondiente.
    [6] Los señores Manuel Lacayo, Adolfo Díaz, José de la Rosa Sandino y Pedro R. Cuadra, prohombres del conservatismo, han sido los Ministros de Hacienda del gobierno revolucionario
    [7]Tipo managuano automático de resorte.

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